Para poder verificar que el consumo de té verde, por su alto poder antioxidante, tiene capacidad de disminuir el riesgo de desarrollar cáncer o ejercer un efecto curativo, es aún necesario realizar estudios en humanos.
Beber té verde es una buena opción para incrementar el consumo de líquidos y fomentar un buen estado de hidratación, imprescindible en una persona en tratamiento oncológico. Se debe tener en cuenta que contiene teína, de propiedades estimulantes, y por ello no se recomienda su consumo antes de ir a dormir o si se tiene insomnio.
Un consumo elevado té verde (más de dos tazas al día) podría suponer interacciones con algunos fármacos utilizados en el tratamiento y es necesario así, consultar con el médico.