Actualmente no existe suficiente evidencia científica que confirme que su consumo durante el tratamiento tenga efectos beneficiosos sobre la enfermedad, puesto que faltan ensayos clínicos y estudios dosis-efecto.
Utilizar la cúrcuma dentro de una alimentación equilibrada es totalmente seguro. Su uso tradicional para elaborar platos, como el de otras especies, no comportaría ningún efecto perjudicial. En caso de un consumo a dosis altas, consultar siempre con el médico ya que puede interferir con algunos fármacos utilizados en la quimioterapia.