La recomendación de los expertos es seguir una alimentación saludable y equilibrada que incluya el consumo diario de lácteos. Solo deben eliminarse los productos lácteos de la alimentación si el oncólogo referente o el dietista-nutricionista del centro tratante lo indica.
Durante el tratamiento del cáncer, la recomendación de los expertos es seguir una alimentación
saludable y equilibrada que incluya el consumo diario de lácteos (dos o tres raciones al día), por los nutrientes que aportan (proteínas, vitaminas y minerales). Cada persona puede consultar a su especialista cuál es la versión más adecuada para sus necesidades (lácteos enteros, semidesnatados o desnatados). En el caso de intolerancia a la lactosa, puede probarse la tolerancia a los lácteos fermentados como yogur y queso o utilizar lácteos sin lactosa. Las bebidas vegetales de soja, avena, arroz o almendra no son nutricionalmente equivalentes.