Pérdida de masa muscular

La pérdida de masa muscular se conoce científicamente como sarcopenia y forma parte de un fenómeno fisiológico asociado al envejecimiento que afecta la funcionalidad y la fuerza. Además, la pérdida de masa muscular también puede aparecer como consecuencia del cáncer y algunos tratamientos antineoplásicos. En el cáncer de próstata, la disminución de la producción de testosterona puede favorecer la pérdida muscular, agravando la astenia y el cansancio. Una alimentación equilibrada que asegure un correcto aporte de energía y proteínas, junto con la práctica de ejercicio regular, adaptada a las posibilidades de cada paciente, es esencial para prevenir o mejorar la sarcopenia.

¿QUÉ TE RECOMENDAMOS?

Para asegurar que el cuerpo recibe tanto la energía como las proteínas necesarias (para mantener o aumentar la masa muscular), es importante seguir una alimentación suficiente y equilibrada que incluya verduras (crudas o cocidas), farináceos (tubérculos, cereales, legumbres) y alimentos proteicos (carne, pescado, huevos, legumbres). Seguir el método del plato es una buena manera de asegurarlo.

Las proteínas de mayor calidad son las de pescado, marisco, carne blanca, huevos, lácteos y legumbres como la soja.

También pueden obtenerse proteínas de alta calidad si se consumen suficientes cereales, legumbres, frutos secos y semillas a lo largo del día. Para asegurarlo, se pueden preparar platos que los combinen.

Alimentos ricos en proteínas
Alimentos de origen animal
  • Pescado blanco: rape, merluza, bacalao.
  • Pescado azul: sardina, caballa, salmón.
  • Marisco: calamar, pulpo, mejillones, sepia, gambas, cigalas.
  • Pescado en conserva: atún, sardinas, berberechos.*
  • Carne blanca: pollo, conejo, pavo.
  • Huevos (especialmente la clara).
  • Lácteos: yogur natural rico en proteínas, queso fresco, requesón.
Alimentos de origen vegetal
  • Legumbres secas y tostadas sin sal para picar: garbanzos, habas.
  • Legumbres secas o cocidas: lentejas, garbanzos, judías (rojas, negras, blancas…), soja.
  • Derivados de la soja: soja texturizada, harina de soja, tofu, tempeh.
  • Frutos secos y semillas crudas sin sal: almendras, nueces, avellanas, pipas de girasol, pipas de calabaza.
  • Seitán: gluten de trigo u otros cereales.
* Hay que limitarlos en caso de hipertensión.

El enriquecimiento proteico consiste en aumentar el aporte de proteínas de las comidas sin aumentar el volumen del plato o preparación culinaria, a través de incorporar pequeñas cantidades de alimentos ricos en proteínas (clara de huevo, carnes, pescado, quesos, yogur rico en proteínas, legumbres, frutos secos…).

Ingredientes y propuestas para enriquecer el valor proteico de las preparaciones
Clara de huevo Muy versátil porque tiene un sabor neutro. Se puede tener cocida y se puede preparar de las siguientes formas:

  • Triturada dentro de una sopa, caldo, puré o crema.
  • Rallada sobre un plato de pasta, arroz, ensalada, verdura…
  • Incorporada, muy picada, dentro de cualquier guiso de legumbres, carne o pescado.
Quesos (frescos, curados, quesitos…) Muy versátiles y aptas para muchas preparaciones.

  • Triturados dentro de un puré o crema.
  • Rallados sobre una sopa, puré, crema o platos de pasta, arroz, verdura…
  • Incorporados a daditos en una ensalada o plato de verduras.
  • Deshechos dentro de salsas para acompañar pastas, carnes…
Leche en polvo desnatada Muy fácil de incorporar.

  • Mezclada (dos cucharadas soperas) dentro de un puré o una crema.
  • Incorporada (una cucharada sopera) dentro de un yogur, un batido de frutas o una salsa a base de nata.
Frutos secos Entera, picada o molida para incorporar:

  • En un puré o crema.
  • Por encima de cualquier plato de pasta, verduras.
  • En cualquier guiso, preparación de carne, pescado o legumbres.
  • En un yogur.
  • En un batido de frutas.
  • En postre (macedonias, flanes, natillas…).
Pechuga de pollo, pavo Bien cocido y cortado en daditos, se puede añadir un par de cucharadas soperas en caldos, sopas, purés, cremas, ensaladas, platos de pasta…
Pescado Hervido y desmenuzado, se puede añadir un par de cucharadas soperas en caldos, sopas, purés, cremas, ensaladas, platos de pasta… De lata (atún/sardinas en aceite de oliva bien escurrido) por encima de ensaladas o platos de verdura cocida.
Harina de legumbres Se puede incorporar una cucharada sopera en purés o cremas de verduras removiendo bien en caliente.

Puede mejorar la fuerza muscular, el estado físico y la composición corporal y reducir la fatiga, así como mejorar otros efectos adversos.

En el caso de seguir una alimentación vegetariana estricta o vegana, es imprescindible asesorarse con un dietista-nutricionista para asegurar la ingesta suficiente de hierro.