La alimentación durante las semanas previas a la cirugía es crucial para llegar a este momento en el mejor estado nutricional posible, asegurando sobre todo la energía y las proteínas que el cuerpo necesita. Si el tumor está muy localizado, se realiza una cirugía directa, pero en general la cirugía va precedida por un tratamiento previo Generalmente, entre el final del tratamiento y la cirugía suelen pasar unas seis semanas, por lo que hay tiempo para recuperarse y llegar en las mejores condiciones a la cirugía.
La intervención en el estómago se denomina gastrectomía y esta, en función de la localización del tumor y de su extensión, puede ser parcial (en la que extirpan el estómago parcialmente) o total (en la que extirpan completamente el estómago).
Para afrontar alimentariamente el periodo anterior a la intervención, se recomienda:
Llevar una alimentación lo más variada y equilibrada posible, con un aumento en el aporte proteico para asegurar una ingesta suficiente de proteínas; minerales como el hierro, el zinc y el selenio, y vitaminas, como la B12 y la vitamina D, que evitan déficits previos a la cirugía.
Adaptar la alimentación a posibles situaciones, como:
Malestar abdominal, con lo que se recomienda una alimentación de fácil digestión.
Pérdida de peso previa, con lo que se recomienda una dieta a nivel proteico y calórico.
Realizar actividad física, acorde a las capacidades de cada uno, para intentar mantener o recuperar la masa muscular.