2. Ponga el agua en un cazo y añada la bolsita de té. Cuando rompa a hervir, escalde las hojas de menta durante unos segundos. Escurrir y enfriar en un colador con agua fría.
3. Retire la bolsita de té.
4. Deje enfriar el agua de la infusión.
5. Pele y trocee la pera. Reserve un trozo y cótelo en trocitos.
6. Triture el agua de la infusión con la pera, las hojas de menta escurridas y un chorro de zumo de limón.
7. Disponga la mezcla en un recipiente ancho, tápelo y colóquelo en el congelador.
8. Retire el recipiente del congelador unos cinco minutos antes de consumir su contenido para que pierda un poco el frío.
9. Trinche su contenido con un tenedor a fin de conseguir una textura de granizado.
10. Servir el granizado con la pera troceada que había reservado.