La gastrectomía es el procedimiento quirúrgico en el que se extirpa de forma total o parcial el estómago:
Gastrectomía parcial o subtotal: se extirpa parte del estómago. En algunos casos se pueden extirpar ganglios linfáticos y otros órganos o tejidos cercanos.
Gastrectomía total: se extirpa completamente el estómago. Se pueden extirpar también ganglios linfáticos y otros órganos o tejidos cercanos. Este procedimiento requiere de la unión del esófago con el intestino delgado para que el paciente pueda comer y deglutir.
El estómago desempeña muchos roles importantes en el sistema digestivo. Su principal función involucra la digestión, tanto mecánica como química, de la comida ingerida. Una vez los alimentos han sido masticados y lubricados con la saliva, descienden por la garganta, pasan por el esófago y entran al estómago, donde se mezclan con los jugos gástricos, que ayudan a digerir y desintegrar los alimentos. Estos llegarán al intestino delgado, donde se absorberán los diferentes nutrientes. El estómago también libera varias hormonas, encargadas de enviar señales de hambre y saciedad al cerebro. Una gastrectomía total o parcial implica que estas funciones se vean alteradas, dando lugar a:
Menor capacidad para contener la comida.
Reducción o anulación de la secreción de jugo gástrico, por lo que se dificulta la digestión de los alimentos.
Alteración de la motilidad (movimientos) del estómago y la evacuación de su contenido hacia al intestino.
Disminución de la capacidad de absorber algunos de los nutrientes de los alimentos de manera efectiva, pudiendo producirse una malabsorción de nutrientes, como las grasas; las vitaminas, como la B2 (riboflavina), la B3 (niacina), la B9 (ácido fólico), la B12 (cianocobalamina), la D y la E, y minerales, como el hierro, el calcio y el zinc.
Alteración de las señales del hambre.
Las consecuencias de estas funciones alteradas son:
la pérdida o reducción del estómago puede producir mayor sensación de saciedad más rápido, a veces acompañada de dolor después de las comidas.
debido a la anulación de la función del píloro (esfínter que conecta el estómago con el intestino delgado), el contenido del estómago se vacía al intestino delgado más rápidamente de lo que sería normal, comportando un conjunto de síntomas molestos después de comer.
pueden aparecer después de cualquier gastrectomía, entre una o dos horas después de las comidas. Suelen ser acuosas y en muchos casos especialmente malolientes, amarillentas y con aspecto graso. La diarrea tiende a disminuir poco a poco con el paso del tiempo, al cabo de seis meses o un año de la cirugía.
la anemia es una de las secuelas importantes a largo plazo que se presenta después de una gastrectomía, y se desarrolla gradualmente durante años. Se trata de una anemia por déficit de hierro y/o por déficit de vitamina B12 o de ácido fólico (B9), como consecuencia de una baja ingesta o por menor absorción de los nutrientes debido a la cirugía. El equipo médico de referencia valorará la necesidad de suplementación.
la gastrectomía favorece el desarrollo de osteoporosis y/u osteomalacia a largo plazo por la destrucción del tejido óseo, debido a una malabsorción de vitamina D y calcio, y también debido a una menor ingesta de alimentos ricos en calcio y vitamina D.
la saciedad precoz y la malabsorción de nutrientes pueden contribuir a esta pérdida de peso. Se caracteriza principalmente por una pérdida de grasa más que de masa muscular y puede ser progresiva, entre los tres y seis meses poscirugía, hasta que se estabiliza.
Una vez realizada la cirugía, en pocos días el paciente podrá empezar a comer de manera progresiva, según la tolerancia individual, comenzando con una dieta líquida, progresando a semilíquida, triturada, semisólida, de fácil digestión, hasta una pauta lo más normal posible. Se recomienda utilizar un diario de alimentos que incluya lo que se come y se bebe y los síntomas que provocan, con el fin de identificar la tolerancia a los alimentos y progresar adecuadamente de forma personalizada.