La aparición de periodos de mucho cansancio y pocas ganas de realizar tareas y actividades se denomina astenia relacionada con el cáncer o el tratamiento. Se define como una sensación abrumadora y persistente de cansancio o agotamiento, que disminuye o impide la capacidad para el trabajo mental o físico en el contexto de la actividad diaria a pesar de un buen descanso.
La astenia puede afectar al paciente a nivel físico, mental y emocional. Una de las consecuencias, es encontrarse con poca voluntad para salir de casa, ir a comprar, cocinar o realizar tareas de la rutina diaria. Esta situación, junto con la posible reducción del apetito (consecuencia del malestar o los efectos secundarios del tratamiento), pueden comportar una reducción de la ingesta y variedad de los alimentos consumidos, y por lo tanto de la energía, proteínas y otros micronutrientes esenciales como algunas vitaminas y minerales necesarias para hacer frente al tratamiento. A continuación os explicamos como planificar las comidas y estar preparado en caso de cansancio y por otro lado, como abordar la alimentación cuando realmente no hay ganas de hacer nada.