El cáncer de próstata se origina a partir de la transformación y proliferación anómala de las células de la próstata. La próstata es una glándula que pertenece al sistema urogenital masculino y que es exclusiva del varón. Se sitúa debajo de la vejiga y delante del recto, y su principal función es contribuir a la producción del fluido seminal. Las modalidades de tratamiento pueden ser diferentes según las características individuales de la persona afectada como la edad, el tipo y la extensión del tumor y otras enfermedades crónicas que pueda tener. Entre los diferentes tratamientos encontramos el seguimiento mediante observación, la cirugía, los tratamientos con radioterapia o quimioterapia, el tratamiento focal con crioterapia (destrucción de células cancerosas con temperaturas muy frías), el tratamiento hormonal y algunos tratamientos específicos. La mayoría de los tratamientos pueden comportar efectos secundarios que pueden afectar en diferentes grados e intensidades y comprometer la alimentación. |
Las prioridades alimentarias durante el tratamiento del cáncer de próstata serán garantizar un adecuado estado nutricional que ayude a disminuir los efectos secundarios y las complicaciones. Para ello, se deberán seguir las “Recomendaciones generales sobre alimentación durante el tratamiento del cáncer” ” y adaptarlas según los efectos secundarios y síntomas que puedan aparecer, a partir de las recomendaciones dietético-culinarias para cada uno de ellos.
Cuando el tratamiento es hormonal, puede que aparezca un desequilibrio metabólico, por lo que será necesario ajustar las recomendaciones generales a las posibles alteraciones, entre las que encontramos el aumento de peso, la diabetes, la alteración de los lípidos, la descalcificación de los huesos o la pérdida de masa muscular. Para ello será necesario: