El cáncer de pulmón engloba todos aquellos tumores que afectan a las células que recubren las vías respiratorias y los tejidos pulmonares. Existen varios tipos de cáncer de pulmón, que se clasifican en función de la localización y el tipo de célula de tejido pulmonar al que afecte.
El tratamiento para este tipo de cáncer dependerá de muchos factores, como el tamaño y la localización exacta del tumor, la diseminación o el estado general del paciente. Por lo tanto, los efectos secundarios de los tratamientos pueden variar y afectar en diferentes grados e intensidad. El propio tumor o la cirugía pueden provocar una limitación en la capacidad respiratoria del pulmón y, como consecuencia, cansancio a la hora de comer. Además, el pulmón se encuentra cercano al esófago (órgano implicado en el transporte de alimentos), el cual también puede resultar perjudicado. Por todo ello, puede existir dificultad para alimentarse desde el inicio del tratamiento o durante el mismo y, a su vez, comprometer el estado nutricional del paciente.
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Las prioridades alimentarias durante el tratamiento del cáncer de pulmón serán garantizar un adecuado estado nutricional que ayude a disminuir los efectos secundarios y las complicaciones. Para ello, además de seguir las “Recomendaciones generales sobre alimentación durante el tratamiento del cáncer”, en el cáncer de pulmón hay que reforzar y considerar: