Es uno de los síntomas más habituales, especialmente como efecto secundario de la quimioterapia. Las náuseas pueden provocar sensaciones desagradables en el estómago, producir arcadas y, a su vez, favorecer el vómito. Los vómitos se generan por las contracciones fuertes de los músculos del estómago, que hacen que el contenido de este suba.
La intensidad, la frecuencia y el momento de la aparición de las náuseas o vómitos son variables e individuales, y dependen de muchos factores, como los fármacos usados, la dosis y la susceptibilidad individual.
¿QUÉ TE RECOMENDAMOS?
Estos son mejor tolerados porque desprenden menos olor que los calientes: ensaladas de pasta, bocadillos, sopas frías, helados caseros, etc.
- Hacer dieta absoluta (no comer nada) durante las primeras horas y beber únicamente agua fresca a pequeños tragos cada 10-15 minutos.
- Tras cuatro o seis horas se pueden aumentar progresivamente los líquidos que se ingieren (bebidas de rehidratación o bebidas isotónicas).
Bebida isotónica casera
Mezclar en un litro de agua el zumo de dos limones, una cucharada sopera de miel, una cucharadita de postre de sal marina y una cucharadita de postre de bicarbonato sódico. Cuando estos ingredientes estén disueltos dejarlos en la nevera hasta que esté fresca.
- Después de 24 horas sin vómitos, iniciar una dieta de digestión fácil (preferiblemente con alimentos cocidos y suaves) y elegir siempre técnicas como el vapor o el hervido para cocinar los alimentos.
- Empezar a introducir a continuación alimentos secos, puesto que se toleran mejor (pan, tostadas, galletas saladas, palitos, etc.).
- Si se ha estado vomitando durante dos días seguidos, ponerse en contacto con el médico o personal de enfermería de referencia, para evitar una posible deshidratación.
Normalmente, los alimentos secos se toleran mejor. Por ejemplo: tostadas, galletas saladas, palitos de pan, tortitas de arroz y de maíz, frutos secos, chips de plátano, coco seco, etc.
Se ha observado que pueden tener un efecto calmante de las náuseas. Se puede añadir jengibre o menta, ya sea fresco o en polvo, a las infusiones, los cubitos, las gelatinas, los helados, las palomitas o encima de alimentos como el pan, las ensaladas, la pasta o dentro de platos ya cocinados.
Obviar algunas salsas, hierbas aromáticas, especias picantes, etc., porque pueden favorecer las náuseas.
- Escoger carnes blancas, embutidos magros o pescado blanco.
- Hay que evitar las cocciones que generan más humos y olores, como los fritos, los salteados o los alimentos a la plancha. Los alimentos fritos, aparte de que desprenden un olor más fuerte que puede ser molesto, también son más difíciles de digerir y pueden provocar más náuseas.
- Utilizar técnicas de cocción suaves para que los platos sean de mejor digestión, como al vapor, los hervidos o la plancha a baja temperatura.
- Si los olores molestan mucho, evitar la col o la coliflor, y cocinar de forma que se generen pocos humo y olores, como la cocción al papillote, al microondas, alimentos hervidos o marinados, evitando los fritos o la plancha a alta temperatura.
- En especial durante los días en que los vómitos son frecuentes.
- En algunas ocasiones las bebidas gaseosas pueden disminuir la sensación de náuseas (agua con gas, las bebidas de cola o ginger-ale…).
- Los helados de hielo y las gelatinas también pueden ser una buena opción para ayudar a hidratarse.
- Es preferible no beber durante las comidas, ya que ello favorece la sensación de saciedad o hinchazón.
Aproximadamente 30 minutos después. Las bebidas carbonatadas o en gas son una buena opción.
Estar sentado o recostado con la sección superior del cuerpo recta hasta una hora después de las comidas puede ayudar.
Durante la comida puede ser útil dejar la ventana abierta para que entre aire fresco o utilizar un ventilador, para reducir los olores y favorecer la sensación de frescor.
Se recomienda respirar profunda y lentamente, y esperar a que disminuya el malestar antes de comer nada.