Asegurar una buena hidratación, con 1,5 – 2 litros de agua al día (6-8 vasos), preferentemente fuera de las comidas. En el caso de falta de apetito, además de agua, se pueden tomar líquidos más nutritivos, como zumos de fruta naturales, licuados de fruta y verdura, o caldos caseros.
Evitar las bebidas alcohólicas y los refrescos con gas.
Realizar comidas frecuentes durante el día, aunque sean más pequeñas, con lo que se incorporarán diferentes alimentos y mayor proporción de nutrientes. Se puede distribuir la alimentación en: desayuno, tentempié a media mañana, almuerzo, merienda, cena y tentempié antes de acostarse.
Frutas, verduras, lácteos, féculas (cereales, legumbres, tubérculos), alimentos proteicos (huevos, pescado, carne, legumbres y derivados), grasas saludables (aceite de oliva virgen, frutos secos triturados o en crema, semillas molidas).
Si hay molestias abdominales o se sienten las digestiones pesadas, limitar el consumo de aquellos alimentos más ricos en fibra (legumbres y cereales integrales) y grasos (pescado azul, quesos muy grasos…). En el caso de malestar abdominal continuado, revísese el apartado “Dolor abdominal y/ reflujo”.
Asegurar siempre en la comida y la cena la presencia de verduras (crudas* o cocidas, según tolerancia), farináceos (tubérculos, cereales, legumbres) y alimentos proteicos (carne, pescado y huevos u otros alimentos ricos en proteínas de origen vegetal, como la soja), tal y como se indica en el método del plato. Este método permite comer en pequeñas cantidades utilizando un plato de postre como base, tal y como se muestra en la siguiente receta.
En algunos casos las legumbres pueden provocar gases y mayor molestia abdominal, por lo que se recomienda comprobar su tolerancia incorporándolas en pequeñas cantidades o trituradas en forma de cremas o purés.
La carne, el pescado, el marisco, los huevos y las legumbres son los alimentos con proteínas de mayor calidad. Se recomienda añadir a la comida y a la cena cualquier preparación que contenga pescado (blanco o azul, según tolerancia), marisco, carne (principalmente magra), huevos, soja o sus derivados (tofu, soja texturizada, etc.). En el resto de las comidas del día incluir otros alimentos que también sean una buena fuente de proteínas, como lácteos y frutos secos.
Algunos ejemplos de alimentos ricos en proteínas:
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* Valorar la tolerancia al pescado azul.
** ** Es preferible consumir las legumbres trituradas, en forma de purés y cremas, patés tipo hummus o aplastadas. Las legumbres secas tipo aperitivo se pueden moler para incorporar a otras preparaciones.
*** Los frutos secos y las semillas deben consumirse molidos o en crema para facilitar su digestión.
Las personas que siguen una alimentación exclusivamente vegetal, sin proporción de alimentos de origen animal o con muy poca presencia de ellos (vegana, vegetariana estricta, etc.) es muy importante que consulten a su dietista-nutricionista de referencia para asegurar que reciben el aporte nutricional adecuado de proteínas y otras vitaminas.
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Adaptar las recomendaciones anteriores al apartado “Dolor abdominal y/o reflujo”.