El dolor abdominal y la sensación de ardor en el estómago por reflujo (también llamado pirosis) pueden ser frecuentes en las personas afectadas de un cáncer gástrico, debido a la propia localización del tumor, el retraso en la evacuación gástrica o los efectos secundarios al tratamiento. Para mejorar la tolerancia a la alimentación y minimizar estas molestias, se aconseja seguir una dieta de fácil digestión, caracterizada por un bajo contenido en grasas y en alimentos irritantes de la mucosa o con mucha fibra. No todas las personas responden igual a los mismos alimentos, por ello se recomienda ir tomando nota de lo que se come para poder detectar qué alimentos son los responsables del empeoramiento del malestar y/o ardor. En ocasiones, puede ser necesario que además esta dieta requiera ser triturada o de textura blanda.
Para facilitar la digestión es mejor comer más veces, pero en pequeñas cantidades. Se puede realizar un pequeño desayuno a primera hora, otro a media mañana, un almuerzo ligero, una merienda, una cena suave y algún tentempié antes de acostarse.
Masticar bien ayudará a que los alimentos lleguen al estómago más digeridos, facilitando así su trabajo.
Un mínimo de 45 minutos en posición incorporada. No acostarse inmediatamente.
Evaluar la ingesta de alimentos ricos en fibra según tolerancia individual, ya que en algunos casos pueden empeorar el dolor abdominal.
Priorizar cocciones que requieran poco aceite: hervidos, microondas, horno a baja temperatura*, a la papillote o guisos suaves.Evitar: fritos, rebozados y guisos contundentes.*Si se usa el horno es importante que no se tuesten o doren en exceso los alimentos, ya que pueden provocar más ardor.
Asegurar siempre en la comida y la cena la presencia de verduras (cocidas), farináceos (patatas, arroz, pasta, pan —no integrales—, legumbres machacadas o en puré) y alimentos proteicos (carne, pescado y huevos), tal y como se indica en el método del plato. Se pueden consumir en pequeñas cantidades, utilizando un plato de postre como base.El método del plato permite, además, preparar elaboraciones diversas como platos combinados, platos completos, un entrante con un plato principal, un primer y un segundo plato y hasta incluso elaboraciones como bocadillos o platillos.
Incorporar proteínas de calidad en las comidas principales (carne, pescado, huevos o proteínas de origen vegetal, según tolerancia, como el seitán, las legumbres machacadas o en puré y derivados, como la soja texturizada o el tofu).
En caso de mala tolerancia a la leche, sustituir por leche sin lactosa y comprobar su tolerancia en yogures naturales y quesos.Eliminar los postres lácteos como natillas, flanes, etc.
Beber fuera de las comidas principales y hacerlo en pequeños sorbos durante todo el día. Priorizar bebidas como agua, infusiones y caldos suaves. Otras bien toleradas son las bebidas de soja, arroz, avena o almendras; los licuados de hortalizas y frutas no ácidas, y las bebidas isotónicas.Evitar bebidas con gas.
La mejor opción son los que están a temperatura ambiente o templados.
En algunas ocasiones éstas pueden ser útiles porque requieren menor digestión y también pueden ayudar a comer más cuando aparece cansancio.
Seguir las recomendaciones anteriores, utilizando los alimentos aconsejados y limitando los desaconsejados del siguiente cuadro durante los días con más molestias. Utilizar cocciones suaves como los hervidos, microondas, horno a baja temperatura, a la papillote, sopas y cremas, guisos bajos en grasa y, si es necesario, modificar la textura, triturando para facilitar la digestión.
|
Caminar cada día entre 20 y 30 minutos como mínimo.