Comer lentamente y con suficiente tiempo entre cada cucharada.

Evitar comer pan, tostadas, cereales de desayuno, galletas, chips, fruta con piel, frutos secos, carnes fibrosas y secas, y verduras crudas.

Evitar comer pan de molde, baguettes precocidas y masa de pizza.

Las preparaciones líquidas, como purés o cremas, son las que causan menor dificultar para deglutir. También son buenas opciones los alimentos de textura blanda, como púdines, flanes, tortillas, pasteles de carne o pescado.

Incluir carne, pescado, huevos, legumbres, tofu o seitán en elaboraciones de textura blanda.

• Realizar comidas de poco volumen y más frecuentes.
• Enriquecer los platos o purés utilizando aceite de oliva virgen, nata, quesitos, clara de huevo, frutos secos molidos, frutos secos en crema o leche en polvo, salsas, adaptando la textura según el grado de dolor o dificultad al deglutir.

• En algunos casos, puede ser suficiente cortar la comida a trocitos pequeños; en otros, será necesario que aplastarla homogéneamente con un tenedor.
• Priorizar guisos, sopas, cremas, flanes, púdines, purés, quesos tiernos, yogures, frutas maduras, verduras, pastas y arroces sobrecocidos, pescado y carne muy tiernos y jugosos, tortillas, etc.

• Cocer siempre todos los alimentos hasta que queden tiernos. Utilizar la olla a presión es una buena opción para ablandar alimentos como legumbres, carnes y algunos vegetales.
• Si es necesario, añadir salsas, caldos o zumos a los alimentos más secos, como algunas carnes o algunos pescados. Con salsas se facilitará la deglución.

Intentar mantener los platos y menús que se consumen de manera habitual únicamente modificando su textura.

Comer triturado no significa dejar de comer lo que a uno le gusta, sino que únicamente será necesario adaptar la textura. Casi todas las elaboraciones y platos de una alimentación estándar se pueden adaptar a una textura triturada.

Aspectos a tener en cuenta para adaptar un plato a textura modificada

• Conocer de qué tipo de plato se trata:
  • Asegurarse de que ha sido conservado correctamente y que está en perfecto estado para ser consumido.
  • Asegurarse de que no contiene elementos sólidos que puedan dificultar ek triturado (espinas, huesos…).
• Visualizar cómo se puede hacer la mejor adaptación (si contiene elementos que den consistencia, si tiene líquido para triturar o no, de qué forma se quiere triturar, etc…).
• En general es mejor calentar el plato para poder triturarlo más fácilmente.

Ejemplos para aprender a adaptar platos habituales a texturas trituradas

Muchas recetas y platos ya son aptos y, por lo tanto, no hay que modificarlos, y así se puede comer lo mismo que el resto de los miembros de la familia. Estos serían las sopas, purés, cremas, flanes habituales de cualquier comida familiar.

La proteína es imprescindible en todo el proceso del tratamiento, por ello los purés deben incluir carne, pescado, huevos o proteínas de origen vegetal, como la soja, tanto en el desayuno como en la comida y la cena. Se podrá escoger entre preparar un plato completo o un primer y segundo plato. Este segundo plato puede ser un plato sencillo, equivalente al triturado de un trozo de carne o pescado, o un plato elaborado.
Tabla orientativa con la cantidad de carne, pescado, huevo y derivados de la soja necesaria para elaborar segundos platos sencillos que ayuden a cubrir las necesidades diarias de proteínas. Se trata de conseguir el alimento proteico, cocerlo tal y como indica la tabla y triturarlo con el resto de los ingredientes (espesantes, líquido y aceite).

Se recomienda realizar un triturado único de unos 300 ml como máximo (bol mediano) o bien dos triturados pequeños, repartiendo la cantidad y simulando un primer y un segundo plato. Es importante mezclar diferentes consistencias y colores, ya que al comer triturado puede existir más dificultad para acabarse el plato, y la textura y el color uniformes pueden aburrir.

Su aporte en vitaminas y compuestos bioactivos son imprescindibles durante el tratamiento. Es necesario consumir licuados, sopas, purés o batidos fríos de vegetales y frutas.

Debido al dolor al deglutir y la posibilidad de que éste vaya acompañado de malestar abdominal, reflujo u otras molestias, se recomienda evitar las frutas y verduras ácidas, o incorporar en menor proporción según tolerancia.

*Según tolerancia al pepino.

* Evitar las frutas y verduras ácidas si además de la dificultad de deglutir hay dolor abdominal o reflujo.

Ajustar las recomendaciones anteriores con alimentos y cocciones de mejor digestión.
Las siguientes recetas pueden servir de guía, como ejemplos de preparaciones blandas de fácil digestión:

Las siguientes recetas pueden servir de guía, como ejemplos de preparaciones trituradas de fácil digestión:

Link a consejos para enriquecer con energía y proteínas las elaboraciones.