Para la pérdida de apetito, náuseas, vómitos, alteración del sabor y astenia, con o sin mucositis

¿QUÉ TE RECOMENDAMOS?

Se recomienda consumir unos 1,5 litros de líquido al día, pero como no siempre es fácil, es preferible intentar llegar al máximo que cada uno tolere.

En muchas ocasiones, el agua sola no se tolera correctamente, por lo que es necesario beber otros líquidos, como caldos, zumos diluidos o licuados de verdura y fruta diluidos.

Es recomendable beber siempre fuera de las comidas y en volúmenes pequeños y a sorbos, y no beber en los 30 y 60 minutos antes y después de las comidas.

Los helados de hielo y las gelatinas también pueden ser una buena opción para ayudar a hidratarse, y una buena opción para cuando aparece alteración del sabor.

En algunas ocasiones las bebidas gaseosas pueden disminuir la sensación de náuseas (agua con gas, bebidas de cola o ginger-ale…), aunque dependerá de la tolerancia de cada uno y la evolución del vaciado gástrico rápido (síndrome dumping).

Es importante realizar más comidas al día para incorporar alimentos diferentes y mayor proporción de nutrientes. Así pues, se recomienda distribuir la alimentación como mínimo en: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda, cena y recena. En algunos casos, puede que el fraccionamiento deba ser aún mayor, comiendo cada dos horas.

Aunque no se tenga apetito es relevante pensar en la necesidad de comer. No es tan importante la cantidad que se come en una sola toma, sino lo que se consigue acumular al final del día, y para ello es importante plantear pequeños objetivos que se puedan cumplir a lo largo del día.

Es recomendable evitar un ayuno prologado, así que idealmente hay que realizar una recena antes de ir a la cama, para reducir el tiempo de ayuno.

Es imprescindible masticar muy bien los alimentos y convertirlos en puré antes de tragarlos.

Descansar sentado o semiincorporado después de las comidas.

Frutas, lácteos, farináceos (cereales, tubérculos, legumbres*…), alimentos proteicos (huevos, pescado, carne, tofu, tempeh, seitán, proteína texturizada) y grasas saludables (aceite de oliva virgen, frutos secos**), acorde a la tolerancia.

Incorporar verduras, en poca cantidad al principio, ya que dan mucha saciedad y aportan poca energía.

*Las legumbres deberán incorporarse trituradas (cremas, purés…) o bien aplastadas con un tenedor, para facilitar su digestión.

** Los frutos secos deberán incorporarse molidos o triturados.

Es habitual que durante la estancia hospitalaria se siga una dieta líquida y se progrese a una alimentación triturada, con la que se llega a casa. Allí se podrá iniciar una dieta con alimentos de textura blanda, que se pueden aplastar en caso de no ser tolerados de forma sólida. El tipo de alimentos y las texturas necesarias podrán ir progresando día a día, acorde a las especificaciones del equipo médico.

Aunque sea en pequeñas cantidades, asegurar siempre en el almuerzo y la cena la presencia de farináceos, alimentos proteicos, verduras (en poca cantidad y principalmente cocidas) y fruta, tal y como se indica en el método del plato. Se puede utilizar un plato de postre como base para preparar un plato único, un primer o un segundo plato o una comida tipo tapas.

Hay que tener en cuenta que las verduras aportan poca energía, por lo que será importante consumirlas en poca cantidad y siempre bien aliñadas y/o acompañadas de alimentos más nutritivos.

Arroz blanco, pasta, patata, zanahoria, pan tostado, avena o legumbres.
Ténganse en cuenta las indicaciones siguientes:

  • Comer las legumbres en forma de puré.
  • Comer el pan tostado, que suele sentar mejor.
  • Comer la pasta y el arroz bien cocidos, que no queden al dente.
  • Evitar las versiones enteras o integrales de los cereales (arroz integral, pasta integral, pan integral…).
  • En el caso de náuseas y vómitos, suelen tolerarse mejor los alimentos secos: tostadas, palitos, tortitas de arroz o maíz, crackers…
  • Para incrementar el aporte en energía y nutrientes, acompañar la pasta, el arroz y las patatas siempre con un buen chorro de aceite de oliva virgen, salsas, queso, quesitos, carne picada, pollo desmenuzado, atún…

La carne, el pescado, el marisco, los huevos y la soja son los alimentos con proteínas de mayor calidad. Hay que asegurar estas proteínas al menos en las comidas principales: en el almuerzo y la cena, es decir, cualquier preparación que contenga pescado blanco, marisco, carne (principalmente magra), huevos, soja o sus derivados (tofu, soja texturizada, etc.), según tolerancia. En el resto de las tomas se deben incluir otros alimentos que también sean una buena fuente de proteínas, como los lácteos, según tolerancia.

Ejemplos de alimentos ricos en proteínas:

De origen animal
  • Pescado blanco: rape, merluza, bacalao.
  • Marisco: calamar, pulpo, mejillones, sepia, gambas, berberechos, surimi.
  • Pescado en conserva: atún (según tolerancia).
  • Carne blanca: pollo, pavo, conejo, lomo de carne magra de cerdo, jamón o pavo cocido.
  • Carne roja: carne picada magra de ternera o cerdo.
  • Huevos, especialmente la clara.
  • Lácteos: yogur natural rico en proteínas.
De origen vegetal
  • Legumbres muy cocidas y en puré o aplastadas: lentejas, garbanzos, alubias (rojas, negras, blancas…), soja.
  • Derivados de la soja: soja texturizada, harina de soja, tofu, tempeh…
  • Seitán: gluten de trigo u otros cereales.
  • Frutos secos molidos o pasta 100% de frutos secos.

Evitar carnes muy duras o fibrosas, ya que no suelen sentar bien y requieren de más esfuerzo. Son una buena opción las preparaciones a base de carne, como las hamburguesas o albóndigas de calidad, o los guisos suaves.

También son una buena alternativa los púdines o pasteles de carne y pescado, por su textura blanda, y las preparaciones con huevo.

En el caso de alteración del sabor, es importante preparar elaboraciones que ayuden a enmascararlo, combinado con otros alimentos, para asegurar un consumo suficiente de proteínas.

Acompañar la carne o el pescado con salsas ayudará a incrementar el valor energético de la preparación.

Las personas que siguen una alimentación exclusivamente vegetal, sin proporción de alimentos de origen animal o con muy poca presencia de ellos (vegana, vegetariana estricta, etc.), es muy importante que consulten a su dietista-nutricionista de referencia para estudiar cómo cubrir adecuadamente las necesidades de proteínas, vitaminas y minerales que el organismo necesita para hacer frente a todo el proceso oncológico.

Priorizar cocciones suaves y con poca grasa, como hervidos, al microondas, a la papillote o guisos muy suaves.

Evitar condimentos picantes e irritantes.

En el caso de náuseas:

  • Hay que evitar las cocciones que generan más humos y olores, como los fritos, los salteados o los alimentos a la plancha. Los alimentos fritos, aparte de que desprenden un olor más fuerte que puede ser molesto, también son más difíciles de digerir y pueden provocar más náuseas.
  • Si los olores molestan mucho, evitar la col o la coliflor, y cocinar de forma que se generen pocos humos y olores, como la cocción a la papillote, al microondas, alimentos hervidos o marinados, evitando los fritos o la plancha a alta temperatura.

En general se toleran mejor las preparaciones a temperatura ambiente (ni muy frías ni muy calientes).
En el caso de náuseas, las preparaciones frías son mejor toleradas porque desprenden menos olor que las calientes: ensaladas de pasta, bocadillos, sopas frías, helados caseros, etc.

Los lácteos son una buena fuente de proteínas y otros nutrientes. Son fáciles de comer y combinan con muchos otros ingredientes, por lo que es recomendable incorporar a la dieta (con o sin lactosa, según tolerancia y progresión) yogur natural rico en proteínas, requesón, queso fresco, quesos tiernos.

Valorar tolerancia a otros lácteos (yogures con fruta, natillas, flan, mousse…), según progresión del síndrome dumping.

Es importante consumir dos o tres piezas de frutas al día.

Si la fruta cruda se tolera, incluir pequeñas cantidades (sin piel ni semillas) de manzana, uva, pera, plátano, melocotón y sandía, a trozos, triturada o licuada.

Si no, consumir la fruta cocida o en compota.

Si la función digestiva después de la gastrectomía ya está normalizada, también se puede probar la tolerancia a las frutas ácidas (piña, naranja, pomelo, mandarina, fresas).

Preparar batidos a base de fruta con otros ingredientes, como lácteos, frutos secos o galletas, para incrementar su energía y proteínas.

No abusar de los nísperos, ciruelas con piel, pasas, piña, palosanto, naranja y mandarina.

Son aquellas que en muy poco volumen incluyen una gran cantidad de energía y nutrientes.

  • Se pueden tener preparadas croquetas de pollo o bacalao, o empanadas (de carne, atún, huevo, queso, etc.) congeladas, que se pueden freír o calentar al momento. Se pueden tomar también patés de legumbres nutritivos para untar unas tostadas o sándwiches; cremas y sopas energéticas, que se pueden conservar en la nevera y comerse directamente (frías o calientes), y también preparaciones dulces, como postre o para comer entre horas, como flanes, púdines o yogures tipo griego o ricos en proteínas.
  • reparar batidos completos y ricos en proteínas con fruta fresca, lácteos o bebidas vegetales, frutos secos, fruta desecada, galletas, legumbres, huevo…
  • Enriquecer los platos para aumentar su densidad nutricional con alimentos de elevado contenido energético y/o proteico. En la siguiente tabla se proponen ideas de enriquecimientos.
Elaboración Ideas para enriquecer una elaboración
Sopas
  • Añadir una cucharada de aceite de oliva virgen.
  • Añadir un huevo durante la preparación y triturar como un consomé.
  • Añadir huevo duro picado o rallado por encima.
  • Añadir trocitos de pollo o picatostes de pan tostado.
  • Añadir queso tipo mozzarella rallado.
  • Añadir pelotitas de carne al caldo.
Cremas y purés
  • Asegurarse de que preparan con una mayor parte de patata o legumbres que de verduras.
  • Añadir y triturar dentro una cucharada de aceite de oliva virgen, nata sin lactosa, cereales dextrinados o harina de legumbres.
  • Añadir queso (semicurado, curado o quesitos) a la crema, ya sea triturado, a taquitos o rallado por encima según tolerancia.
  • Añadir un huevo cocido rallado por encima o triturado dentro de la preparación.
  • Añadir una cucharada de tahina (pasta de sésamo) u otras pastas de frutos secos 100% (almendra, avellana o cacahuete).
  • Añadir dados de tofu por encima o triturados con la crema.
  • Añadir una cucharada de leche en polvo (sin lactosa).
Pastas y arroces
  • Prepararlos con ingredientes ricos en proteínas, como salteados con carne picada, pollo picado, pescado, tofu, seitán o soja texturizada.
  • Aliñar con salsas que incluyan aceite de oliva virgen, frutos secos molidos o pasta 100% de frutos secos, crema de leche o nata o leche evaporada (con o sin lactosa según tolerancia, cremas vegetales, bechamel… )
  • Si se elaboran salsas con leche o nata, añadir una cucharada de leche en polvo desnatada (con o sin lactosa según tolerancia).
  • Añadir queso rallado y/o huevo duro rallado por encima.
Carne y pescado
  • Acompañar con salsas a base de aceite de oliva virgen, mayonesas caseras, nata o leche evaporada (con o sin lactosa según tolerancia), salsas de yogur rico en proteínas.
Leche
  • Añadir una cucharada de leche en polvo (con o sin lactosa según tolerancia).
  • Mezclar con galletas tipo maría desmenuzadas, cereales de desayuno, granola o cereales dextrinados.
Yogur
  • Priorizar el yogur rico en proteínas o el yogur tipo griego (con o sin lactosa según tolerancia), y añadir: leche en polvo, frutos secos molidos o pasta 100% de frutos secos, fruta deshidratada bien picada (coco seco, plátano seco, orejones, pasas, dátiles…), daditos de fruta en almíbar, galletas tipo maría, cereales de desayuno enriquecidos, cereales dextrinados.

Tener alimentos accesibles para ir picando; si se dejan en el campo visual, puede que se consuman con más frecuencia: uva, plátano, manzana, palitos de pan, tostaditas, galletas tipo maría, copos de arroz hinchado, yogures (natural, griego, ricos en proteínas —con más de 15 g de proteína por envase, como Yopro ®, Hacendado ®, Pastoret ®, Skyr ®, etc.—) o quesitos.

La mucositis es la inflamación de la mucosa de la boca y/o la garganta y la aparición de llagas, como consecuencia de la bajada de defensas provocada por la quimioterapia. Puede provocar dolor y molestias en la ingesta de alimentos. En este caso será necesario evitar todos aquellos alimentos y bebidas que puedan irritar la mucosa:

  • Alimentos secos o de consistencia fuerte (pan con corteza, pan tostado, biscotes, bastoncillos, frutos secos, galletas secas, chips, quesos secos o muy curados, carnes fibrosas o secas, verduras crudas y cocciones tipo rebozado o gratinado).
  • Alimentos gomosos o pegajosos: pan de molde, baguettes precocidas, masa de pizza, puré de patata espeso, croquetas, plátano, chocolate…
  • Bebidas alcohólicas, café, bebidas con gas y otros refrescos ácidos o irritantes (bebidas de cola).
  • Alimentos ácidos (tomate, pimiento crudo, kiwi, limón, naranja, fresa, mandarina, mango, piña, vinagre, alimentos encurtidos…).
  • Alimentos muy condimentados, picantes o salados.

En algunos casos puede ser necesario adaptar la textura de los alimentos según el grado de la mucositis.

  • Cuando esta sea leve, es necesario comer preferiblemente alimentos de textura blanda (guisos, sopas, cremas, flanes, quesos frescos o muy tiernos, frutas maduras y dulces, pastas y arroces pasados y caldosos, pescado y carne muy tiernos). Cocer los alimentos hasta que queden blandos y acompañarlos con salsa, caldo o zumo, especialmente los más secos, para facilitar su deglución. Cortar los ingredientes a trozos muy pequeños y masticarlos lentamente. También son buenas opciones los alimentos de textura blanda, como púdines, tortillas, pasteles de carne o pescado.
  • Cuando esta sea grave, puede ser necesario triturar las preparaciones y alimentos sólidos para conseguir una textura fácil de ingerir.

También puede ayudar, antes de las comidas, dormir la boca con hielo picado, agua muy fría, gelatinas congeladas, polos o helados para disminuir el dolor.

El cansancio y las pocas ganas de realizar tareas y actividades se denomina astenia, y está relacionada con el cáncer o el tratamiento. Es una sensación abrumadora y persistente de cansancio o agotamiento, que disminuye o impide la capacidad para el trabajo mental o físico en el contexto de la actividad diaria.

Cuando resulte complicado llevar a cabo una alimentación equilibrada y variada, es importante no angustiarse por ello. En estos momentos, lo imprescindible es comer, para al menos asegurar una parte de la energía y nutrientes necesarios.

Para más información sobre ideas que ayuden a sobrellevar la alimentación en estos días, consúltese el siguiente apartado: “Cansancio o fatiga extrema”.

  • Evitar beber una hora antes y una hora después de las comidas.
  • Tumbarse unos 30 minutos después de las comidas (si existe reflujo, descansar reclinado sin estirarse).
  • Evitar las bebidas alcohólicas, las bebidas con cafeína (café, refrescos estimulantes) y el té, porque aumentan la velocidad de la evacuación gástrica.
  • Evitar tomar alimentos con azúcares simples:
    • No añadir azúcar (azúcar blanco o moreno, miel, agave, sirope…) a las preparaciones.
    • Evitar alimentos que contengan azúcares simples (azúcar blanco o moreno, miel, agave, sirope), como zumos comerciales, refrescos, pastelería o bollería, salsas comerciales, yogures azucarados o postres lácteos (flan, natillas, mousse, helados…).
    • Limitar los zumos de fruta naturales.